Quería demostrar lo impreciso y pocos fiables que eran los diagnósticos en los centros psiquiátricos, además de simular problemas mentales y que se tomen como ciertas.
Víctimas de cibertortura se quejan de sufrir falsos diagnósticos así como simulación de problemas mentales con el objeto de anular su credibilidad cuando se quejan sobre la tortura que sí reciben de forma continuada 86.400 segundos del día, t-o-d-o-s los días del año.
Este experimento es más que una evidencia científica. Llegó a revolucionar a la psiquiatría. Aun así, dicha práctica médica continua realizándose sin impunidad.
El punto de partida: 12 personas entraron en centros siquiátricos diferentes, diciendo síntomas por los que los iban a admitir. Firmaron un papel donde afirmaban tener una enfermedad mental para ingresar. Y desde ese mismo instante, su comportamiento pasó a ser 100% normal.