Primero

1. ¿Porque decir el nombre completo?

Los perpetradores son desconocidos. Los objetivos no se conocen entre ellos. Y solo aparecemos en escena cuando comienza a pasarnos. Antes, no. Los que no son objetivos siguen con sus vidas paralelamente a lo que está siendo una existencia agonizante de tortura cibernética a todos los niveles física, mental y emocionalmente hasta que logran la denominada prisión sin barrotes.

Cualquiera que usa un nick puede ser cualquiera. Una persona que usa su nombre con sus dos apellidos reales, puede ser referenciada. Y personalmente creo que es preciso salir de la comodidad del huevo en la que quieren que nos mantengamos y pasemos a ser «personajes públicos» sin buscar ningún tipo de publicidad. Hasta que el diseño extremadamente bien urdido por mentes humanas ultrasofisticadas de esta situación de negación / negación plausible (esto es una negación de la que les nacen los aplausos) sea quebrada por el sistema internacional cuando decida ponerse la pilas.

No es una obligación. Ni un deber. Y podemos vivir como ratas hasta que nos maten. Pero resultará que una vez ocurra eso, ellos seguiran. Crecerán. E igual que fueron evolucionando en sus ataques, sus protocolos de actuación tanto dentro del domicilio como fuera de él, lo seguirán haciendo.

(CONTINUARÁ…)

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